La pedagogía del amor, la acogida, oportunidades y descubrimiento, permiten que los niños construyan su personalidad, amplíen sus experiencias y desarrollen a plenitud sus capacidades y habilidades sociales
Por Olivia Orrego Córdova. 31 mayo, 2013.
Al niño se le enseña dejándolo en libertad para moverse o estar quieto; el niño aprende y le toma cariño al silencio y a las risas, convirtiendo la clase en un lugar de descanso agradable, donde nadie habla a gritos y todos contribuyen voluntariamente a esta encantadora disciplina. Esa es la estrategia más maravillosa de Educación, que hace 82 años llegó a Perú y que docentes de Inicial deben poner en práctica en las aulas.
Carmen Landívar, docente de la especialidad de Inicial de la UDEP, dijo que en el Perú esta Educación tuvo su origen en el interés, iniciativa y esfuerzo de personas y entidades privadas, con inquietud por solucionar la problemática de los hijos de madres trabajadoras fuera del hogar y de situación económica precaria. Landívar señaló que la iniciativa fue respaldada en 1971 con la Ley General de Educación Nº 19326, que consideró a la Educación Inicial como primer nivel del sistema educativo peruano, considerando fundamental la atención integral del niño durante sus cinco primeros años de vida.
Desde entonces la Educación Inicial—en el mundo y en el Perú—es considerada como la etapa más importante de formación humana e integral de la persona y, por lo tanto, es trascendente. “No cabe duda que aquí están los primeros cimientos para los futuros aprendizajes en la vida de las personas, puesto que es una etapa de gran plasticidad y posibilidades de todos los ámbitos: cognitivo, el motor, indagatorio, formación en valores, etc. Todo es posible a través de la pedagogía del amor, de la acogida, de las oportunidades y del descubrimiento, permitiéndoles construir su personalidad, ampliar sus experiencias, y de esa manera, los niños puedan, con ayuda y dedicación de los docentes, desarrollar a plenitud sus capacidades y habilidades sociales”, resaltó la docente.
Una buena etapa inicial también depende del papel que juega el maestro en un centro infantil. “Debe tener un amplio conocimiento científico de la etapa infantil; ser sensible y equilibrado; capaz de establecer relaciones de empatía con las personas cercanas y con espíritu de investigación para mejorar a diario el aprendizaje de sus alumnos”, comentó la magíster.
Landívar refirió que las alumnas y egresadas de la UDEP están capacitadas para cumplir a cabalidad con el perfil de la docente de inicial: “Existe un gran porcentaje de egresadas que laboran en colegios privados y nacionales; en ambos son muy requeridas, tanto dentro como fuera de nuestra región” y finalizó “dos de nuestras egresadas desde el año pasado están trabajando en escuelas de Cajamarca, después de haber superado diversas evaluaciones en Enseña Perú”.
Sabías que…
La primera promoción de Educación Inicial de la UDEP egresó en 1997 y hasta la fecha se han registrado 16 promociones con un número aproximado de 70 egresadas.
Desde el 2006 alumnas de la especialidad de Educación Inicial han atendido a 25 niños (cada dos o tres aulas) del PRONOEI “María Auxiliadora”, en Nueva Providencia. La iniciativa surgió de las familias de esa comunidad y de otras aledañas. Además, se instaló un aula de estimulación temprana, dirigido por las alumnas de la especialidad, en la que participaron niños entre los 3, 4 y 5 años de edad.